Conil de la Frontera es un pueblo marinero antiguo en la Costa de la Luz, situado en la provincia de Cádiz.
En el transcurso de los últimos veinte años el pueblo se ha convertido en una ciudad pequeña - con numerosas tiendas, supermercados, restaurantes, cafés, discotecas y hoteles. Sin embargo, Conil
no ha perdido nada de su encanto andaluz.
Con su casco histórico, su pesca de atún tradicional - siguiendo aún los antiguos métodos fenicios - con su festival de flamenco y sus dos escuelas de idioma, Conil es al mismo tiempo tradicional
y cosmopolita. Ambas escuelas se caracterizan por una atmósfera alegre, comunicativa, familiar-amable y al mismo tiempo internacional. Ya desde hace muchos años mantienen un intercambio cultural
animado con Marruecos (festivales de música comunes, etc.).
Debido a su proximidad al norte de África, Andalucía es especialmente interesante para Europa – política-, histórica- y culturalmente. Entre Tarifa y Tánger el estrecho apenas tiene 14 km de
ancho. Los enclaves de Ceuta y Melilla, situada en la costa norte de África pertenecen a España.
Muchos pueblos han dejado su huella en Andalucía: Fenicios, cartagineses, romanos, vándalos, bizantinos, visigodos - y en particular los magrebís del norte de África y los Omeyas que conquistaron
a España y Portugal en el siglo VIII, comenzando con Andalucía y más tarde los almorávides y almohades.
Esta época de coexistencia generalmente pacífica entre cristianos, judíos y musulmanes bajo un imperio islámico tolerante es legendaria. Duró más de 700 años, hasta el final del siglo XV. Se
desarrolló una edad de oro cultural, incluso las mujeres disfrutaban de una libertad bastante inusual en estos tiempos. Hubo numerosos célebres poetas y músicas femeninas.
Aún hoy en día, Andalucía es un país de poesía, música y baile - y de chistes ingeniosos. El flamenco se llama "el Blues de Europa". También en la arquitectura, las influencias de la época
musulmana son aún visibles. Por un lado, los palacios y las mezquitas convertidas en iglesias como en Sevilla, Córdoba y Granada – y por el otro lado las casas encaladas con sus patios floridos
en los pueblos blancos y ciudades pequeñas - como en Conil.